Me hago una pregunta después de casi un año y medio sin poder salir con la
bici y tras este fin de Semana Santa, en el que hemos cogido la bici sábado y
domingo.
Mi pregunta es la siguiente ¿Quién sufre o disfruta más con la bici?
Después de este fin de semana en el que el sábado nos fuimos
a Ricla y el domingo a Rodanas, no tengo muy claro quien sufre más con la bici.
Puede ser que sean los que como dice un “biciclista”, sean
los flojos, que suelen ir delante esperando al grupo y a veces puede ser que se
casen de ir medio gas.
También puede ser que sean los fuertes, que normalmente no
hacemos más que ver cascos, por no decir otras cosas, como es mi caso(MENOS TORTILLA Y MAS ZAPATILLA).
Puede que sufran los que cuesta arriba, se les va frenando
la bici y es imposible coger a los que van por delante, que a su vez, igual sean estos al tener que subir y esperar un rato en el
alto del repecho.
Podría ser que sufran los que cuando termina una bajada
tienen que esperar al final a los que vienen por detrás.
Algunos pueden sufrir cuando paramos en el almuerzo, como este
fin de semana en La Gallega y nos pongan de ensalada unas judías blancas con
sus guindillas, y unas vinajeras para el café (el que quiera saber cómo son las
vinajeras tendrá que sufrir con nosotros en la bici). Se puede sufrir, como en
Rodanas el domingo, al no tener estas ensaladas como en la Gallega. Otros sufrirán
cuando nos echamos los tubos al terminar la jornada.
Se puede sufrir cuando vemos que se acerca la hora de comer
en casa la suegra.
Unos sufrirán al terminar de barro y agua hasta arriba y
otros por no mojarse.
Pero el que escribe os puede asegurar una sola cosa, que no
puedo evitar emocionarme al escribir estas palabras, cuando más se sufre es
cuando uno está en casa domingo tras domingo, sin salir con la bici y los que
es más importante, sin poder salir con todos vosotros.
Quien disfruta más con la bici, pues yo os aseguro que
disfruto sufriendo todo lo que se puede sufrir a vuestro lado y viendo como
otros componentes del club salen por su cuenta y nos cruzamos por los caminos
de nuestro monte de Lumpiaque.
Hoy cambiare mis fotos y mi saludo, no me queda más remedio.
GRACIAS, GRACIAS,
GRACIAS Y MIL GRACIAS